Quimo, el hermano astuto del Dr. Purgón. Txt dramático, 2010

CARLA, ESTEBAN, ARIEL, VERO -
esto es comida chatarra
no
todos lo saben
palitos
papitas
chocolate
chocolate también
totalmente
ustedes no le darán eso a sus hijos
caramelos no
en definitiva
todo lo que se come en las fiestas es malo
el día de tu cumpleaños todos juegan a arruinarte la vida un poquito más
como si la fiesta tuviese que tener un poquito de muerte para ser fiesta
estás contento
festejando
y tomá
un poco de muerte en paquetitos conservativos
tomá
un poco de dolor de panza
de mal aliento
de podredumbre
un poco de pesadez
de obesidad
de acidez
de dolor de cabeza
de caries
de sed
de colesterol
feliz cumpleaños
comete todo esto
y por qué
por qué un cumpleaños con zanahoria alcaucil y tomates tiene que ser aburrido
podría haber alguna banana también

Oh, Luisa. Microcuento, 2009

Oh, Luisa
Había una vez un bebé.
Y nada.
Había una vez un bebé y nada, Luisa. El bebé no quería nada. Estaba acostado y no quería sentarse. Acostado miraba el bebé. O no miraba. No pensaba, eso es seguro. El bebé satisfecho. Ni comer ni mover ni querer. Nada. Tú no habías aparecido, Luisa. Solo era yo bebé y nada. Ni tu piel ni tu carne. Sin Luisa.
Mi recuerdo más lejano es ese. Lo recuerdo desde afuera, por eso de las almas que tardan en llegar al cuerpo. La mía habrá tardado unas semanas, porque me vi desde afuera y pensé: Hay un bebé.
Y nada, pensé.
Después, se me metió el alma para complicarme la nada y desde entonces quiero. Quiero. A ti, Luisa. Nada quiero y todo busco. Desde entonces quiero, Luisa.
Luisa mi todo, mi alimento mi religión mi espera mi fuego, Luisa mi dama mi obsesión. Luisa, comerte quise. Contra el espejo morderte y tu imagen comerme y tus cachetes.
Por eso Luisa mi Luisa. Luisa. Luisa, que comerte tuve, Luisa. Masticarte blandita y el cuello morderte y tu sangre beberme, Luisa, mi Luisa. Perdón. Luisa.
Luisa.
Luisa.

Fragmento de Historia retorcida de Paul, este Paul jengibre. Novela, 2010

- Sí, - contesté a mamá. Yo, sí, siempre que sí. Siempre mi mamá dijo que tenía que ser bueno.
- Sí, – digo. – Sí – repito. Soy bueno. Paul bueno y jengibre. Paul retorcido como un jengibre encerrado en el baño. Paul, el hermano de Mr. Ginger. En la escuela el más buenito, aunque adormecido.
- Vení, – me dijo la profesora y yo fui.
- Ya estás grande, – me dijo
- Sí – respondí.
- Y lindo.
- Gracias – Mi mamá me dijo que debía ser agradecido. Amable siempre o te castigo entonces mejor amable.
Y ya estaba grande es verdad, sí, me acuerdo y me lo dijo la profe mientras atrás de la oreja acá me tocaba. Y yo también ya me tocaba. Como los monos todos los días me tocaba. No le conté a mamá de la profe. De ocho a cuatro en la escuela y la tele después.
- Tenés que ser bueno.
- Sí.
- No contradigas.
- Sí.
- Hacé lo que te digan.
- Sí.
A veces me gustaba, pero en general no. Pero tenés que ser bueno, y eso siempre.
- Sí.
- Hiciste la tarea.
- Sí.
- Mostrame.
- Sí.
- Mostrame – la profe me decía.
- Mostrame – mamá me decía.
- Sí – y – Sí, – yo les contestaba.
- Más no quiero – contesté un día y
- Sí, querés.
- No creo.
- Yo creo que sí.
- Bueno.

Comienzo de Esperando Buenos Aires. Novela, 2008

Soy una persona. Eso es seguro. Soy alguien. Pero no me acuerdo quién. No me puedo mover y no sé por qué. No me acuerdo. No sé quién soy. Pero soy alguien, eso es seguro. Recuerdo haber tenido certezas. Había momentos en que me decía: “de esto estoy segura.” Me acuerdo porque lo vivo ahora. Sé que soy una persona.
Me duele un ojo. Me acuerdo de qué es un ojo y en dónde está, pero olvidé quién soy. Sé que las paredes están sucias y que es de día afuera, pero olvidé mi nombre. Tengo miedo. Grito para que venga alguien; no escucho mi voz.
Siento que me quedo dormida. Sí, dormite, vos. Entra una señora gorda y barbuda. Le pido ayuda, pero no me salen palabras. Quiero preguntarle quién soy. Me muevo. Estoy acostada. Esto es estar acostada. Me da una pastilla.

Fragmento de Barbarita y el aire. Novela, 2006

El tío mira al sudeste y canta al sol; el sol mezcla sus cabellos con los del tío. El pelo azul, el blanco de la nieve ¡Viva El Salvador! ¡Libertad a El Salvador! El pelo, la nieve, el rojo de las siete y el frío, que se quiebra y cala los huesos. El tío llora lágrimas calientes y desentona el himno al sol. Ernesto se ríe. Los pelos del tío se estiran con el viento, se alargan y sacuden. Los tendones del tío se desatan en el pelo, un lienzo azul cubre los árboles y la ruta. El tío de lágrimas calientes y pelo desentonado. El aire se viste de rojo y es blanco y es azul. El tío llora y nosotros tenemos sueño… y mamá y papá duermen.
El tío Saturnino flamea en el viento a las siete y el frío es profundamente horrible. Ernesto ríe. Lágrimas rojas, lágrimas heroicas y lejanas, lágrimas infinitas; el invierno eterno de Detroit. Quiero volver a dormir y soñar con el hermano, el hermano que se ríe. Ernesto.

Fragmento de te contengo con ternura, txt dramático de 2008


VERO: ese es un problema en este país

TOMAS: los negros

VERO: se enganchan a la luz
al teléfono
a internet
a clablehogar

VICKY: vos no te enganchás

VERO: no

VICKY: a la luz

VERO: no

VICKY: a cablehogar

VERO: no

VICKY: no

VERO: yo tuve que empeñar el anillo de mi abuela
para pagar la luz
es un problema nacional
los negros que votan, que no saben nada,
no hay que dejarlos votar

TOMAS: y de qué viven
si no votan

VERO: en el dni de cada uno
ponés una marca negra si son villeros
y el que tiene la marca
no entra
los negros se pierden
se confunden con el fondo del cuarto
oscuro

VERO: votan mal

TOMAS: de una

VERO: te das cuenta cuando los cruzás por la calle
ellos no te miran
igual
que otra
gente
no sabés por donde agarrarlos
qué te pueden hacer

VICKY: no podés confiar en
ellos